Remontémonos al siglo XVIII, en dicho siglo, existían dos ilustradores:
Hobbes y
Lock, el primero tenía el siguiente pensamiento:
Los humanos somos malos por naturaleza, somos malos, evidiosos, por lo que en la población se crea intranquilidad [...] Por otro lado, tenemos a Lock, quien dice que los seres humanos somos buenos por naturaleza, son las cicunstancias las que nos hacen ser malos [...]
Ahora pensemos, según Hobbes, somos malos y envidiosos por naturaleza, en parte tiene razón ya que, siempre vamos a querer lo que el otro tiene, y si no lo queremos todos, al menos algunos sí, por ejemplo: ''
Si el vecino tiene un chalet, yo quiero un chalet, y si tiene piscina y yo no tengo, y no está, me salto la valla en verano y me baño''
Ahora me pondré en situación mediante otro ejemplo:
A mi hermana le toca la lotería, yo no me alegro por ella, pero depende, me alegraré en
proporción a lo que suelte, si ella decide guardárselo, no voy a alegrarme (aunque luego pensaría que sería justo, ya que le ha tocado ella...) ¡pero imaginaos que no lo pienso y soy una egoísta de cuidado!
Creo que los humanos ya de por sí, somos malos y avariciosos, como en el primer ejemplo, si alguien tiene algo que queremos, querremos tenerlo también y así sucesivamente (no todos, claro, algunos, vuelvo a repetir), el ejemplo más acertado que me parece es el segundo, actuaría tal y como lo he escrito anteriormente, como dije: Los humanos somos egoístas ''
Si el vecino tiene un chalet, yo quiero un chalet [...]'' eso sí, unos menos o más que otros, poro al fin y al cabo lo somos, para menos o para más; aunque creo que el pensamiento de Lock también es acertado, como en el segundo ejemplo: ''
A mi hermana le toca la lotería, yo no me alegro por ella, pero depende, me alegraré en proporción a lo que suelte [...]'' depende de la
cirunstancia me algraré por ella: Si suelta parte del dinero, yo salgo beneficiada y me alegraré; si no suelta parte del dinero, no saldré beneficiada, y no me alegraré.
Es como cuando estamos felices, un día nos levantamos con el pie derecho y nos sentimos contentos, si nosotros estamos contentos podemos hacer felices a los demás; pero resulta que al otro día nos levantamos con el pie izquierdo, y estamos más deprimidos y decaídos que nunca, por lo que no podremos hacer felices a los demás, ¿y qué? Si no estoy contenta yo, no me preocupo por los demás, si no por mí, los demás me dan igual si yo no estoy contenta; se me ocurre otro ejemplo, yo estudio lo que estudio ahora, no por contentar a los demás, estoy estudiando por mí, ni para contentar a mis padres ni a nadie, estoy mirando sólo por mí, para tener más posibilidades en el futuro y no hay más.
Al fin y al cabo, los humanos somos egoístas por naturaleza, éste egoísmo puede incrementar o disminuir en función de las circunstancias, ya que éstas puede hacerme más o menos egoísta, pero al fin y al cabo, el egoísmo o la envidia siguen ahí, que es normal, es normal tener esos sentimientos ya que al fin y al cabo, somos humanos.