El principito es un niño que vive en un pequeño planeta, se dedica a cuidar de sus tres volcanes, de su rosa y de los baobabs, al dejar crecer a estos árboles el planeta se termina rompiendo por lo que decide partir a conocer el resto del universo.
El que no haya leído este libro que lo haga ahora mismo.
Sólo con leer la dedicatoria que hace el autor ya supe que este libro iba a tener algo y estuve en lo cierto. En las primeras páginas hace una crítica a los adultos comparándolos con los niños, las cosas que les interesa a cada uno, qué le interesa y cómo lo expresan, es bastante fácil identficarse porque todos hemos escuchado a los adultos hablar así alguna vez y si recordamos cómo valorábamos las cosas nosotros mismos cuando éramos niños lo entenderemos mejor.
Este libro enseña valores, los cuales permanecen en una persona mientras es un niño, cuando la persona crece los adultos le contagian sus intereses, haciendo que pierda los que previamente adquirió y que convenientemente son los más importantes. Esto se ve reflejado en las aventuras de el principito (represente la infancia), éste conoce a distintos personajes adultos (alusión a la adultez) a quienes no comprende del todo, cada uno refleja un problema por el que un adulto puede haber pasado.
Gracias a otros personajes el principito conocerá otros valores y puntos de vista bastante tiernos y melancólicos, haciéndole recordar la vida en su antigüo planeta y valorando más lo que tenía.
Es el libro más bonito y más triste jamás escrito, por eso es difícil comentar el final sin hacer spoiler, es un libro que hace pensar al lector en su transición de niño a adulto, en todo lo que se ha perdido en el proceso y que ahora parece invisible, pero eso no quiere decir que deje de ser importante.
¿Lo habéis leído? ¿Qué os parece?
¡Nos leemos!