The dark side of Red riding hood
Caperucita Roja es una niña que vive cerca del bosque, un día su madre le pide que vaya a visitar a su abuela enferma...
Es el juego que más me gustó de este autor, (y no son para tirar cohetes), más que nada el mérito está en los diferentes finales que tiene, y el papel que desempeñan los cuatro protagonistas principales, lo que a primera vista puede parecer simple y fiel a la historia de Caperucita roja, si se consiguen otros finales puede ser algo horripilante y traumatizador, se utiliza más el terror psicológico, aunque si no fuera por el estereotipo que explota el autor en sus chicas protagonistas: yandere, que además de odiarlo (y los otros también), hacen el juego demasiado predecible, puedes no saber lo que ocurrirá, pero sí la forma en la que reaccionará la protagonista.
Un rasgo a favor del juego es el tétrico diseño, hecho a base de sombras, colores apagados que le dan a la protagonista un toque misterioso.
Mix Ore
Kanytarô es un chico con amnesia que se despierta en un hospital, a su lado hay una chica sentada, parece que ella sabe algo.
Es el juego que más me aburrió de los que jugué, el jugador no conoce nada del protagonista, por lo que depende de la chica que dice ser amiga suya (adivinad qué carácter tiene), la mayoría del juego sólo consiste en conversaciones entre ellos de las varias visitas que le hace la chica. En dichos diálogos, el jugador tiene oportunidad de elegir las respuestas, por una parte los diálogos me parecieron insulsos y las respuestas por parte del protagonista repetitivas, y por otra parte divertidos (gracias a mis elecciones), hay diálogos que, según la respuesta se tornan pervertidos, de los que tuve que tirar para divertirme algo, ya que el juego no es lo que se llama entretenido.
Tras estas visitas, dependiendo de las respuestas que se hayan elegido, se obtendrá un final u otro.
Sobre mi final, no me gustó, fue muy predecible.
Los personajes no me gustaron en absoluto, no se conoce nada del protagonista, ni siquiera con la ayuda de su amiga y la dinámica de las visitad me pareció muy aburrida, apenas hay momentos en los que el jugador controla al protagonista y todo sucede en los mismos lugares.
Yanderella
Yatarô es un chico aislado que, desde hace tiempo se reencuentra con sus dos viejas amigas, pero un retorcido triángulo amoroso se esconde detrás de aquellos días felices que pasaron juntos.
Es el juego más dinámico que he jugado del autor, tiene una sinopsis un poco más sólida, pero todo ello se arruina por el estereotipo ya nombrado, además, en cuanto se conoce unos cuantos detalles de la historia se puede saber por dónde irán los tiros. Y por si fuera poco soportar a personajes femeninos calcados en diferentes juegos, en este hay dos.
El protagonistas no destaca mucho en el juego, se conocen cosas de él gracias a las chicas: sus anécdotas o recuerdos y la importancia que los tres les dan.
Honoka es la que casi consigue gustarme, pero conforme llega el final pierde la propia personalidad que tenía, cambiando drásticamente.
Y Hinata directamente no me gustó nada, su personalidad consiste en hacerse la indefensa, cosa que me aburrió, y, al igual que pasa con Honoka, su carácter cambia también, ¿por qué será?
Y estas dos semejanzas con estos personajes
Sobre el final, los tres que hay me dejaron indiferente, aunque sorprende un poco lo que llegan a hacer dos personajes en concreto para hacer que la situación sea favorable.
En definitiva
***
El único fallo que le veo a estos juegos es el estereotipo usado por el autor, que, como ya he dicho, hace que el juego llegue a ser predecible convirtiéndolos en aburridos, además de tener una dinámica parecida.
Algo curioso es que los personajes masculinos son muy parecidos: no se sabe mucho sobre ellos, en dos juegos distintos el protagonista sufre amnesia, son unos desganados... también es un punto negativo, lo que me recuerda a lo iguales que son entre sí personajes tanto masculinos y femeninos.
El diseño del autor es muy semejante, en los personajes predomina el pixelado; los fondos están formados por lo que parecen ser imágenes, ya que son bastante realistas, es curioso, pero no me gusta mucho ver un paisaje fotografiado y el personaje con el que se interactúa encima de éste, el único juego en el que no usa esto demasiado es Yanderella, que utiliza el pixelado también.
En resumen, estos juegos me aburren y por ahora me niego a jugar más de Charon.
¡Nos leemos!
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