Welcome!

martes, 18 de septiembre de 2012

Una niña.


Un día conocí a una niña, era guapa, graciosa, orgullosa, egoísta, a veces arrogante, acusica...pero aparte de todo eso era buena persona, creí conocerla, pasé mucho, mucho, tiempo con ella, más que ninguna otra persona, me gustaba como era, me reía con ella, hacíamos muchas cosas, nos divertíamos; hasta que un día conocío a otras personas, en un tiempo ella cambió, cambió hasta parecerse a ellas, a comportarse igual que ellas, no son malas, pero acaban haciéndote creer que lo son, ella ya no es como antes, sigue siendo orgullosa, se volvió más egoísta, egoísta a malas, si aún podía, apática, respondona, independiente, no importa con las personas con las que convive, se volvió irresponsable; pero lo peor es la persona que cree ser: madura, mayor de edad, y no sólo ella, también ellas, exponiéndose al mundo como si se lo fueran a comer, cuando será el mundo quien se las coma, creen que son las que mandan, cuando ni siquiera saben mandar sobre sí mismas, no son diplomáticas, pero creen que la forma en la que hablan es la correcta, y si no estás de acuerdo eres alguien infantil, alguien inmaduro, no les importa o incluso no quieren escuchar lo que les tengas que decir, porque saben que es verdad; a veces ella deja ese estúpido comportamiento para ser como era antes, eso me tranquilizaba, pero en unos segundos volvía a convertirse en el monstruo que habían hecho de ella, la verdad, ellas no me importan, me dan igual, me importa ella, y sé que no es la niña que conozco, es una fachada, y que, por mucho que se crea que es, sigue siendo una niña, y llegará el día en que se caiga de bruces.



ir arriba